Los romanos crearon el hormigón, “el concreto” y gracias a el pudieron hacer nuevas construcciones como las redes de alcantarillado, acueductos, carreteras, puentes y murallas. También construyeron otros edificios públicos como las termas y los teatros. En los teatros se cierran los escenarios, permitiendo reconstruir diversas situaciones que en los teatros griegos no se podía.
También se empiezan a construir las Basílicas Romanas, donde se hacían los juicios y las peleas comerciales. Eran parecidos al Ágora griego, pero a diferencia de estos, al ser un imperio tan grande no podía hacerse en un espacio público.
Las ciudades estaban inspiradas en campamentos militares. Tenían más o menos la misma distancia entre ellas, esto se debía a que para ver donde se construían las ciudades los soldados caminaban durante 3 días y donde asentaban los campamentos es donde se construía la ciudad.
Se empiezan a construir un nuevo edificio religioso, el Panteón, donde se empiezan a usar arcos y además de las 3 columnas griegas se añaden las compuestas y las toscanas.
Había 2 tipos de casas, la Dommus y la Insula. La Dommus era la casa de los ricos, era parecida la casa griega pero más “magnifica”(más cuidada y compleja) poseía un patio con estanque jardín y estatuas y las habitaciones se encontraban en el interior. La Insula por otra parte era un edificio de calidad baja, era parecido a una finca y había espacio para comer y dormir. Además, al ser construidas de madera bastantes veces se incendiaban.